Los seguros a todo riesgo para barcos, como su nombre indica además de las coberturas obligadas por ley incluye, con o sin franquicias, la cobertura de daños propios de la embarcación, a los ocupantes, defensa jurídica, mayor cobertura económica frente daños a terceros y asistencia marítima completa.

Cuando decidimos dar el paso y adquirir una embarcación de un alto coste no podemos permitirnos el lujo de preocuparnos a la hora de salir a navegar o cómo está de protegida nuestra embarcación cuando está amarrada y nosotros no estamos allí.

Una vez que las embarcaciones superan un determinado umbral de coste como propietarios queremos estar seguros de que nada va a entorpecer y nuestro disfrute, a la vez que en caso de siniestro vamos a contar con la mejor asistencia a bordo, en alta mar y que la reparación de la embarcación va a ser muy rápida y efectiva.

En este tipo de seguros es muy importante reflejar y valorar aquellos equipos (motores, elementos de navegación, velamen, mobiliario,…) así como velamen (si lo tienen), y los aparejos de navegación que se incluyen puesto que son los que representan el mayor coste en nuestra embarcación y en caso de siniestros facilitar su estudio y valoración por parte de los peritos y seguros.

La franquicia en las diferentes coberturas es lo que va a marcar el importe final de la cuota del seguro; además las valoraciones de las embarcaciones dependen de cada compañía, las hay que cubren el valor de mercado en el momento del siniestro o a valor contratado en póliza.

Por lo tanto a la hora de contratarlo hay que revisar muy bien las diferentes coberturas entre compañías, pues por ejemplo algunas aseguradoras cobran el porte de los repuestos necesarios para la reparación o no nos aseguran los mejores alojamientos acorde al nivel que le exigimos al seguro, son aspectos que pueden parecer irrelevantes, pero que si decidimos pagar un seguro de alto coste queremos que sus servicios se correspondan con su precio.